Escritura creativa 8. Relatos de terror

Los relatos de terror nos permiten imaginar situaciones aterradoras sin estar realmente en peligro. Sin embargo, escribir un buen relato no es fácil. Se deben tener en cuenta muchos elementos, como la atmósfera, el ritmo, los personajes y el desenlace para que el relato atraiga y atrape al lector.

Imagen generada con inteligencia artificial. Figura similar a un cuerpo a la que se le está escapando una sombra que simula el alma en un escenario emborronado oscuro.
Pérdida del alma (imagen generada con JaxClip)

Una de las razones por las que en el final del otoño existen diferentes celebraciones que honran a los muertos tiene que ver con las horas de luz y oscuridad, con el ocaso, las estaciones, los ritmos de la naturaleza y los tiempos de agricultura antigua (cultivo y recolección, sobre todo). Son una analogía propia de la época del año en la que parece que la vida se aletarga y descansa.

Quizá estoy haciendo una introducción un tanto poética para hablar de relatos de terror… — una vez definieron mi estilo como lírico-etéreo, puede que tenga algo que ver — .

Para poder entender el origen y la razón de ser de los relatos de terror, tenemos que pensar en nosotros como humanos y la proyección que muchas veces hacemos sobre lo oculto.

Los mitos y leyendas tratan de dar coherencia a lo desconocido. Son una forma de tratar de explicar los fenómenos que nos afectan; aportan valor y enseñan a través de cuentos y relatos épicos y fantásticos que nos atrapan y fascinan, y utilizan las herramientas del cuento para mantenernos atentos y que podamos aprender una lección.

La personificación es un recurso donde nuestra percepción del mundo se convierte en seres que reconocemos como iguales, los dioses. Al final, están hechos a imagen y semejanza de los humanos, pero son los moldes a los que aspiramos ser (Mito de la caverna, de Platón) o, también, funcionan como los reflejos y personajes que dan sentido a los rayos que solo caen durante la tormenta (cuando Thor emplea su martillo en la mitología nórdica).

De esta manera, los mitos y leyendas se componen de los fundamentos de los que también beben los cuentos: son una base tierna desde la que aportar conocimiento a una sociedad. En los cuentos originales, los finales tendían a ser trágicos; en una época posterior, cuando ya no hacía falta que fueran tan truculentos, se endulzó e incluso modificó porque el efecto y la enseñanza que destilaban esos cuentos debía ir por otro lado.

El relato de terror bebe directamente del tradicional en el que, a través de situaciones reales mezcladas con ficciones, se enseñaba a los más pequeños lo que era peligroso para ellos.

La reinterpretación que hizo y asentó Disney, donde cambiaba los finales de estos cuentos tradicionales por unos más optimistas (y donde perdía relevancia la moraleja), se fundamentó en la necesidad de cambiar el mensaje para un mundo donde los peligros de los que avisaban ya se habían superado. En la falta de sentido de seguir enseñando a los niños de que era peligroso ir al bosque, de que existían los monstruos y, sobre todo, lanzaban el mensaje de que, haciendo lo correcto, todo saldría bien.

Este mismo desarrollo se puede ver en los relatos de terror. No es de extrañar que el público general no les encuentre sentido ni pavor a los relatos clásicos, porque ya no conectan con las bases, están desactualizados o son situaciones que, como sociedad, hemos superado y, por tanto, nos aterran otros elementos y su reflejo en la ficción debe tratarse de forma diferente.

Los relatos de terror, como muchos otros, acaban necesitando una interpretación y contextualización del momento y la sociedad para los que se escribieron.

El terror busca perturbar al lector, que se inmiscuye en el dolor que aqueja al personaje como enfrentamiento; ese reconocimiento es lo que hace que conecte con la historia. Teniendo esto presente, las razones básicas por las que los relatos de terror dan miedo se pueden resumir en que:

  • Reflejan y explotan nuestras preocupaciones, sobre todo, las cotidianas y las existenciales. Donde se rompe nuestra calma y el entorno que creíamos seguro deja de serlo.
  • Cuando aterrizan la historia en el mundo real, entendemos que sería una fuente de caos que nos impediría seguir con nuestra vida tal y como la reconocemos. La incertidumbre y el vértigo que produce muchas veces lo desconocido o salir de la zona de confort es algo que a casi todo el mundo le resulta incómodo y huye. El relato de terror obliga al lector no habituado a salir de ella.
  • Nos presenta un escenario donde no conocemos las reglas y realmente no sabríamos cómo responder.

El relato de terror juega con escenarios donde las emociones de los personajes son clave y donde el peligro siempre se percibe como inminente; existe una presión para continuar la carrera hacia delante y debe conseguir que anulemos la parte analítica y juguemos con las bases de la coherencia de forma premeditada para que el lector no tenga la certeza de lo que ocurrirá posteriormente.

Si quieres que tus historias den miedo…

Las historias de terror más efectivas llevan al mundo imaginario los problemas del mundo cotidiano, los convierten en monstruos o sombras que exageran hasta el punto de convertirlos en entes propios difíciles de superar.

Las historias deben buscar dos efectos principalmente: inducir miedo y reforzar el sentimiento de vulnerabilidad del lector.

Una buena historia de terror expone situaciones, experiencias o personajes que crean tensión y ponen al lector en alerta. Mantener la tensión y la angustia durante todo el relato es clave. Esa tensión se consigue muchas veces prescindiendo de la descripción detallada y buscando mantener la acción del lector siempre activa, generando más dudas que certezas y atacando a los instintos primitivos.

Además, hay que tener en cuenta que, como en otros casos, para el relato de terror existen convenciones y elementos comunes muy utilizados; estos, normalmente, giran en torno a situaciones donde falta una información relevante o la capacidad de entender qué es lo que ocurre y, además, la impotencia de los que padecen el miedo a actuar para solucionar las emociones que sienten.

Debemos tener en cuenta los puntos de dolor que todos los seres humanos tenemos y que, de alguna manera, al imponer un escenario de peligro y generar esa sensación de alerta, obligas al personaje (y, por extensión, al lector) a actuar según uno de los tres patrones: congelaciónhuida o confrontación.

En un primer momento, por ejemplo, elegimos confrontarnos y descubrimos que esta reacción nos perjudica. Entonces, decidimos huir, pero la decisión llega demasiado tarde y acabamos atrapados por el monstruo. En cuanto a guion de terror, es una receta de la que se abusa hasta el punto de que resulta un lugar común (algo que deberíamos evitar si de verdad queremos sorprender al lector).

Alguien por ahí decía que siempre queríamos estar escuchando la misma historia y, hasta cierto punto, es cierto — de ahí que existan estructuras narrativas y recetas que puedes probar — . Lo importante es el camino y nos gusta reconocernos, nos reconforta conocer cómo acabará, de ahí que siempre acabemos consumiendo una misma receta… pero, a la larga, hasta de eso nos aburrimos porque, después de todo, a los humanos nos gustan las sorpresas agradables (incluso en los relatos de terror, aunque eso pueda significar un final un poco diferente — que no agradables — para los personajes).

Hablando de lugares comunes, es habitual encontrarse con algunos de estos elementos en los relatos de terror:

  • Hechos sobrenaturales o inexplicables a los que los personajes tratan de buscar una explicación.
  • Transgresión o perversión de situaciones cotidianas.
  • La indefensión de los protagonistas.
  • Un alto nivel de incertidumbre, atmósferas opresivas, una gran tensión y un fuerte instinto de supervivencia que se ve amenazado por algo externo.
  • Momentos de suspense y sorpresas desagradables e inesperadas.

Muchas veces, parte del relato de terror busca provocar incluso reacciones físicas, como náuseas, o malestar psicológico, como asco o repugnancia, para incrementar el grado de dolor o incomodidad, normalmente como una preparación hacia un hito en la trama.

Ponerte en la piel de otro

El trabajo del escritor, habitualmente, es ponerse en la piel del lector para transmitirle un mensaje asociándolo a sus emociones; para ello, es fundamental jugar con tres aspectos que permitan al lector entender y desarrollar satisfactoriamente la lectura:

  • Mantener la coherencia interna. Es consistente con el mundo que muestra y lo utiliza. Es muy útil, para ayudar a la atmósfera generada y a la coherencia, que se muestren pequeños detalles que refuercen y hagan más visual el escenario o que generen situaciones de opresión. Por supuesto, estos detalles suelen ser más efectivos cuando generan un impacto emocional de desagrado en el lector.
  • Realismo. Aunque estemos escribiendo ficción, debe ser plausible dentro de la coherencia generada, debe parecer real y darle esa autoridad y continuidad.
  • Descripción emocional del personaje. Cuando vemos a otro ser humano llorar, lo habitual es que sintamos tristeza o que también lloremos. Igual ocurre si vemos que alguien se ríe. La mayoría de nosotros somos empáticos. Las emociones son poderosas y tienden a contagiarse con facilidad. El lector vive, fundamentalmente, la historia a través de los personajes, esto quiere decir que, si se hace correctamente, vivirá el relato a través de las emociones del protagonista, porque estará conectado a él. Centrarse en describir las emociones del personaje generará un mayor impacto en el lector; por lo que es bueno reforzar (sin abusar, como siempre) lo que siente en cada momento para que el lector pueda proyectarse igual que si estuviese ahí.
Tipos de cuentos de terror

A la hora de etiquetar y crear categorías sobre un tema, existen mil enfoques. En este caso, por cuestiones personales — No creo que etiquetar sea una labor relevante a la hora de plantear un relato, las etiquetas deberían ser posteriores tras reflexionar sobre el mensaje que se ha transmitido — , propondré solo 4 muy generales que pueden servir como enfoque del escenario.

  • Alegorías morales: son los que más recuerdan a los cuentos tradicionales porque aún mantienen una fuerte conclusión moral o contienen alguna moraleja que debe dejar un sabor amargo en la boca. No suelen tener un final optimista para los personajes.
  • Metáforas psicológicas: se utiliza el miedo primario y los instintos para superar situaciones estresantes con un alto componente de incertidumbre. Estas juegan con el nivel emocional y psicológico del lector, que vive la historia a través de las emociones de los protagonistas.
  • Terror fantástico: aquí conocemos a criaturas fantásticas que suelen utilizarse como representación crítica de los miedos y problemas del mundo real (habitualmente como denuncia social o crítica sobre un tema específico).
  • Terror urbano: utilizan como base la vida cotidiana para plantear un ambiente realista y reforzar la sensación de indefensión del lector. Buscan situaciones análogas a la realidad. Juegan mucho con factores psicológicos clave y tratan de desarrollar entornos donde la incertidumbre se mantiene y se descubre poco a poco a medida que se encuentran pistas sobre la causa que rompe la sensación de seguridad y control del personaje y, por extensión, del lector.
Taller. Relatos terroríficos

Ejercicio 1. Terrores de la vida real. Evitando la caricatura, aportando coherencia y realidad al personaje, escribe el discurso de investidura de un líder político extremista, teniendo en cuenta:

  • Este líder consigue el poder en 2023.
  • El país está en bancarrota tras superar la pandemia gracias a una vacuna desarrollada en Rusia.
  • Estados Unidos ahora pertenece a China.
  • Europa está endeudada por el coste de las vacunas rusas, se desarrollan revueltas y protestas habitualmente en diferentes estados de la UE.
  • El líder extremista tiene mayoría absoluta, con 198 diputados en el Congreso.

Ejercicio 2. Terror caótico. Escribe un relato de terror donde una criatura fantástica accidentalmente se ve atrapada y hambrienta el 31 de diciembre de 2019 en la Puerta del Sol (Madrid, España).

Aquí pongo punto y final a los talleres de escritura creativa que preparé en 2020. Ha sido un placer poder compartir con vosotros el material y espero que os haya podido servir. Si decides utilizarlos, que son una síntesis de años de lecturas y estudio de diferentes fuentes y en los que he tratado siempre de aportar mi propio punto de vista, te agradecería muchísimo que lo citaras como fuente.

A partir de ahora, vuelvo a enfocar mi perfil de Medium en temas de tratamiento y gestión de datos e Inteligencia Artificial aplicada al Procesamiento de Lenguaje Natural, si te interesan estos temas, sígueme aquí o en Twitter para estar al tanto.

Muchas gracias.

Esta entrada se ha compuesto con los materiales de una presentación con los puntos clave creada originalmente para el taller de escritura creativa Escríbeme, Cerveza de octubre de 2020. Se ha redactado en 2022 respetando los puntos que presentaba el material original y ajustando la narrativa para crear las explicaciones necesarias. Los ejercicios del taller se mantienen íntegramente como la propuesta inicial de 2020.

Fuentes: tras dos años es difícil recopilarlas porque no las apunté — no tenía intención de publicarlos y no lo creí necesario, suspenso para mí — ; he recurrido a aplicaciones antiplagio con la esperanza de que me sacara alguna cita, pero no he obtenido resultado.

Nota sobre las fuentes: En la creación de estos materiales se han consultado varias fuentes y libros de teoría literaria y narrativa.

Contenido originalmente creado en 2020 para el taller Escríbeme, Cerveza. Publicado en Medium el 27 de septiembre de 2022 (https://medium.com/@erebyel/taller-de-escritura-creativa-08-relatos-de-terror-2bb102d760f2)